La mayoría de nosotros aceptamos que la apertura de una franquicia precisa de una elevada inversión inicial. No obstante, la práctica nos muestra un dato plenamente opuesto: el cuarenta por cien de las franquicias echa a caminar con menos de sesenta euros, conforme la última Guía de Franquicias en España, elaborado por Barbadillo y Asociados, una de las mayores consultoras de franquicias de nuestro país.
En líneas generales, y si bien muchos asociamos una baja inversión al sector de la hostelería, la verdad es que son aquellas que ofrecen servicios a empresas o bien a particulares, como asesorías, seguros o administración de fincas y otras como moda y complementos. De hecho, son estas las que permiten a muchos emprendedores subirse al carro de las franquicias a la hora de emprender. En verdad, son las franquicias de servicios relacionadas con el sector de la hostelería las más onerosas y las que en general demandan unas condiciones mucho más costosas a la hora de abrirlas.
Sin embargo, en los últimos tiempos se están sumando a esta tendencia de franquicias low-cost aquellas pertenecientes al ámbito de la hostelería. Conforme Santiago Barbadillo, esta situación obedece a la necesidad que tiene este ámbito de tener inversiones más bajas con locales más pequeños, con superficies inferiores a los 300 metros cuadrados, pero que asimismo ofrezcan un servicio a domicilio o de take away.
Los restaurantes son más pequeños que hasta ahora. Uno de cada tres no supera los cincuenta metros cuadrados; el 31,5 por cien tiene una superficie comprendida entre los 50 y los 100 metros cuadrados y el 32 por cien está por encima de los cien metros cuadrados. Mas, además de esto, tiene una relevancia capital su ubicación; por norma general, se trata de locales ubicados en zonas con mucho tránsito, por poner un ejemplo zonas de oficinas o en zonas céntricas de grandes urbes.
Estas cifras desmitifican la idea preconcebida de que emprender a través de una franquicia es costoso. Sin embargo, y aunque una buena parte de ellas no demandan una inversión demasiado elevada, de hasta sesenta euros, la cantidad aumenta de forma significativa si se agregan costos no presupuestados, si bien sí necesarios para arrancar la compañía, como el acondicionamiento del local o el pago del Impuesto sobre el Valor Añadido.