Galanta, la marca de Meadiapost Group especializada en soluciones web para la captación y fidelización de clientes, ha realizado un ranking con los que se consideran los 10 obsequios top en España que todo empleado, cliente o proveedor (a estos los anglosajones les llaman stakeholders) querría recibir estas navidades.
Durante la crisis las empresas en su gran mayoría decidieron cortar de raíz cualquier detalle primero para ahorrar dinero y segundo porque se extendió entre la población la idea de que era una forma de corromper al que lo recibía. Se estableció de hecho la figura del cohecho impropio como forma de expresar que si alguien recibía un jamón, una cesta generosa o un óbolo de cuantía elevada podía torcer su voluntad en favor de quien lo enviaba.
Pasados estos tiempos de crisis, las aguas vuelven al cauce de la normalidad y parece que la tecnología le ha tomado el relevo a los mantecados, las botellas de vino o los bombones.
Ahora es el iPhone 7, las pulseras de actividad para controlar las horas de ejercicio y sueño y las gafas de realidad virtual, los artículos con los que la gente sueña que su empresa les regale. Además de estos gadgets, en nuestro país también son regalos originales habituales y de primerísimo nivel los patines eléctricos (quizás para incentivar desde las empresas el uso de transportes menos contaminantes) y robots de cocina como el de Masterchef, para los aficionados al buen comer.
Como este último, hay otros 3 productos que forman parte del top 10 de los regalos empresariales y que también están muy relacionados con el hogar: cafeteras, aspiradores verticales y altavoces.
La clásica cesta de Navidad también está presente en este listado de sueños. Lo que pasa es que ha evolucionado hasta los sets Gourmet, es decir, cestas en las que se apuesta más por la calidad que por la cantidad. Nunca entendí quien se comía la fruta escarchada ni los piñones dulces pero puede que sean cosas mías.
La lista en España la completan los packs de Smartbox. Porque todos nos merecemos de vez en cuando un viaje o una experiencia para volver los lunes a la oficina como nuevos.
Estos expertos consultados orientan incluso a los empresarios sobre qué regalos de merchandising empresarial puedes hacer estas Navidades con el siguiente decálogo.
Piensa siempre en algo útil: repasa mentalmente todas las situaciones y momentos por los que pasas a lo largo del día y encontrarás el regalo adecuado. No te arriesgues a que tu regalo sea el primero en caer en la papelera.
Ponte en el lugar de la persona que lo recibe: ¿te gustaría que te regalaran algo para trabajar? No, ¿verdad? Pues ni se te ocurra obsequiar a alguien con material de oficina o algo que le recuerde al trabajo.
Sé original, pero sin pasarte. Tan fácil es quedar mal regalando un bolígrafo que pasarte con un regalo que no sea acorde con el perfil de tu cliente, trabajador o proveedor.
Aprovecha para reflejar tus valores: no olvides nunca que un regalo dice mucho de quien lo recibe, pero también de quien lo regala. Por ejemplo, si tu empresa se preocupa por el reciclaje, piensa en cosas retornables o biodegradables.
Tiene que ser fácil de devolver (o reciclar): Vale, no queremos que lo tenga que devolver, pero por si acaso, que esta tarea resulte fácil o, al menos, que se pueda reciclar (o regalar a un tercero) en lugar de tirar.
Simplemente, da las gracias: el objetivo principal del regalo corporativo es dar las gracias, así que no cometas el error de intentar acompañar el regalo con algún mensaje de tipo comercial.
Pon tu marca, pero poco: a poca gente le gusta ser una valla publicitaria andante, así que intenta que tu marca esté presente en el regalo pero sin ser la protagonista. Sólo así conseguirás que se use.
Presta atención a lo que se lleva: hay productos que no pasan de moda, pero otros muchos sí. Empápate de las tendencias y sé ‘cool’ a la hora de obsequiar.
Demuestra quién eres: el mensaje del regalo corporativo debe ser acorde con la comunicación de la empresa. Si estáis promoviendo las redes sociales o el marketing online, los lápices y blocs de nota quizá no sean la mejor opción.
Personaliza las tarjetas: no puedes fallar en el último detalle. Si el regalo es perfecto, no lo estropees con una tarjeta que ponga “estimado amigo”. Con el nombre basta, sin más formalismos (salvo que por protocolo sea necesario), pero dirígete a esa persona de forma cercana y agradable.